Semanas antes de navidad, mantuve una conversación con una colega que había inaugurado hasta hace poco su local de comida rápida, el cual ya tiene bastante acogida.

Conversábamos de temas diversos hasta que surgió el asunto de la cultura de inocuidad y cómo podríamos encontrar formas de lograr que el personal cumpla con las indicaciones que se le dan. Mi colega me comentó que, en su experiencia, uno tiene que estar detrás presionando y fastidiando al personal hasta que este entienda qué es lo que debe hacer y cómo debe hacerse.

Obviamente fiel a mi intención de generar debate, asumí una posición diferente, indicando que:

Más allá del “fastidiar” hay que enseñarle al personal cómo realizar dichas indicaciones, darle todos los recursos necesarios y finalmente concientizarlo.

La experiencia nos ha dicho que el personal incumple una indicación porque no sabe hacerlo, es decir no está entrenado ni capacitado; no puede hacerlo, es decir no tiene los recursos o materiales para poder realizarlo y finalmente no quiere hacerlo, lo cual indica que no ve la relevancia o valor de dicha actividad, ya sea porque el trabajo de donde proviene nunca la realizo o porque según su criterio la forma en como lo hace él, es mucho más efectivo.

Frente a ello las capacitaciones, como mencioné en la entrada anterior, deben estar diseñadas según las expectativas del trabajador y de la empresa, así mismo para el caso de los recursos; también deben existir expectativas de: con que esperas que tu personal realice una actividad, que recursos necesita, materiales, procedimientos, etc. De la misma forma, es necesario demostrarle a nuestro personal el valor e importancia de la actividad, así como dejarle en claro que los lineamientos establecidos no son fijados ni por ellos, ni por nosotros, sino por la jefatura o gerencia de la empresa.

Finalmente, el seguimiento adecuado siempre es importante pero los refuerzos negativos como la llamada de atención a la presión constante, deben ser en la medida de lo posible, el último recurso.

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Próxima entrada:

Cultura de inocuidad: La influencia para lograr concientización, una espada de doble filo.

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